CHIPS AUTORREPARABLES!!!
Está basada en microcápsulas de metal líquido que subsanan cualquier grieta de los circuitos integrados, de forma casi inmediata.
Cuando un diminuto circuito, integrado en un chip, se rompe o falla, todo el chip, e incluso todo el dispositivo que contiene al chip, se estropea. ¿Qué pasaría si dicho circuito pudiera arreglarse solo, con tanta rapidez que ni siquiera se note que se ha roto? Científicos de la Universidad de Illinois, en Estados Unidos, han conseguido desarrollar una técnica que consigue precisamente eso: su sistema detecta cualquier rotura dentro de un circuito integrado y la repara sobre la marcha, en un intervalo de tiempo menor que el de un parpadeo. Y todo ello, sin que los usuarios se den cuenta. El avance podría ayudar a prolongar la vida de los dispositivos electrónicos y a mejorar las baterías.
Simplificar los sistemas
Gracias a ella, en lugar de tener que fabricar en exceso para sustituciones o de tener que fabricar sensores de diagnóstico para controlar el funcionamiento de los circuitos, éstos se podrán reparar los problemas por sí solos.
A medida que los dispositivos electrónicos evolucionan para llevar a cabo tareas cada vez más sofisticadas, la densidad de los chips va en aumento.
Esta mayor densidad da lugar a muchos problemas de fiabilidad, y a fallos como los originados por las temperaturas fluctuantes derivadas de la propia operatividad o de la fatiga de los dispositivos. Cualquier problema en cualquier punto de los circuitos puede acabar con todo el aparato.
Las soluciones en estos casos, según Sottos, son muy limitadas: “hay pocas posibilidades de reparación manual. A veces no se puede acceder al interior (de los sistemas). En un circuito integrado multicapas, por ejemplo, no existen aperturas. Normalmente, para repararlo sólo queda reemplazar el chip entero. Lo mismo ocurre con las baterías: habría que destrozarlas para encontrar el origen del fallo”.
Como consecuencia, la mayoría de los dispositivos electrónicos precisan ser sustituidos con cierta frecuencia, lo que da lugar a demasiados desechos electrónicos.
Múltiples ventajas
La principal ventaja de esta tecnología es que no requiere de intervención humana ni de diagnósticos previos. Por esta razón, puede resultar muy útil para la reparación de dispositivos que no pueden abrirse, como las baterías.
Múltiples ventajas
La principal ventaja de esta tecnología es que no requiere de intervención humana ni de diagnósticos previos. Por esta razón, puede resultar muy útil para la reparación de dispositivos que no pueden abrirse, como las baterías.
Asimismo, también podría servir para aparatos a los que no puede accederse, como los dispositivos presentes en satélites o naves espaciales.
Por otro lado, este sistema de autorreparación es autónomo, algo que resulta fundamental en ciertas condiciones: “En una nave espacial hay miles y miles de cables de conducción. A menudo se desconoce dónde se producen los fallos. El carácter autónomo en este contexto es fantástico: el sistema sabrá lo que se ha roto y dónde, incluso aunque nosotros no lo sepamos”, explica Nancy Sottos.
Según Scott White, éste es el primer ejemplo del uso de microcápsulas reparadoras aplicadas a la conductividad. Hasta la fecha, este tipo de microcápsulas había sido utilizado para reparaciones estructurales, pero no para reparación de dispositivos electrónicos. Los resultados demuestran, por tanto, que el concepto puede ser trasladado a otros campos.
Los científicos planean ahora afinar el sistema y explorar otras posibilidades. Particularmente, están interesados en aplicar esta tecnología de autorreparación por microcápsulas a baterías, para mejorar la seguridad y duración de éstas.
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